Bueno…
Qué puedo contaros de Beatriz y de Carlos, pues que son una pareja de las que te enamoras, con la que te olvidas que estás trabajando y más bien sientes que estás fotografiando a unos amigos, de esas veces que te vas para casa de vuelta en el coche pensando en «me hubiese quedado más tiempo…»
Para su sesión de preboda escogimos como lugar la playa, mmmmm ese olor a mar, la calidez de la arena. Me gusta mucho trabajar en espacios al aire libre en plena naturaleza que los novios se sientan libres de hacer lo que les apetezca, tirarse por los suelos, para que jueguen, para que se fundan con el entorno.
Disfrutaron de lo lindo saltando entre las dunas, paseando por la orilla, para luego terminar en un trigal al atarceder.